¿Recuerdas las variedades de té que mencioné en mi artículo dedicado a los Bubble Teas? Hoy voy a profundizar en el té de jazmín.
El jazmín es en realidad una flor que crece en numerosos países de Asia y que incluso se considera la flor nacional en algunos países como Pakistán, Siria, Filipinas e Indonesia. Esta flor ocupa un lugar importante en diversos aspectos de la vida cotidiana en Asia, incluidos los matrimonios, los funerales, la recepción de dignatarios, las celebraciones de graduación, la decoración interior y la medicina tradicional, entre otros.
¿Qué es el té verde con jazmín?
El té de jazmín es una mezcla refinada que combina las hojas de té verde, procedentes de la planta Camellia sinensis de la familia de las Teáceas, con los pétalos de jazmín, una flor delicada perteneciente a la familia de las Oleáceas, que es también la familia de los olivos. El jazmín puede presentar diversos colores, como blanco, amarillo o rosa, y suele crecer en grandes arbustos o como plantas trepadoras leñosas, en climas tropicales o templados.
Entre las variedades de jazmín, dos especies son particularmente apreciadas para la elaboración del té de jazmín: el jazmín común, conocido científicamente como Jasminum officinale, y el jazmín árabe, también llamado sampaguita o Jasminum sambac.
El jazmín común, que florece únicamente en verano, confiere al té un sabor cálido, rico y dulce. En cuanto al jazmín árabe, que florece durante todo el año, posee una fragancia más ligera con notas de cítricos, miel y hierbas.
Historia del té de jazmín
Se estima que el jazmín común se originó en Oriente Medio y fue introducido en China desde Irán. En China, ya durante la dinastía Ming (1368-1644), se convirtió en un ingrediente valioso para la elaboración del té, dando así origen al famoso té de jazmín. Esta tradición perdura y se desarrolla bajo la dinastía Qing (1644-1912), durante la cual la producción de este té continúa y comienza a exportarse a los países occidentales desde el siglo XIX.
Hoy en día, el té de jazmín goza de renombre mundial. Se produce en muchas regiones, pero la provincia de Fujian, situada en el sureste de China, es la más reconocida por su producción. Además, cabe destacar que el jazmín no se limita al acompañamiento del té verde. También puede combinarse con diversas otras variedades de té, como el té oolong, el té negro o el té blanco, por citar solo algunas.
¿Cómo se produce el té de jazmín?
La producción tradicional del té de jazmín es un proceso que exige delicadeza, constancia, paciencia y vigilancia.
Todo comienza en primavera, con la recolección del té verde. Éste se seca suavemente, al vapor o con aire caliente indirecto, una técnica destinada a interrumpir la oxidación de las hojas y al mismo tiempo impedir que se enrollen demasiado. Esta precaución tiene como objetivo maximizar la superficie que absorberá posteriormente la fragancia del jazmín. El té se conserva luego cuidadosamente en frío hasta el verano, temporada de la cosecha del jazmín.
Los brotes de jazmín se recogen a mano en pleno calor veraniego, al mediodía, cuando las flores permanecen bien cerradas frente al sol y el rocío matutino comienza a evaporarse. Las flores, una vez secas y enfriadas, se abrirán y estarán listas para la etapa crucial de la aromatización.
Los pétalos de jazmín se mezclan entonces delicadamente con el té verde preparado, vigilando escrupulosamente la temperatura y la humedad. Esta operación, que puede durar de 24 horas a varias semanas, puede repetirse varias veces según el deseo de los productores.
Se añaden flores frescas nuevas para crear una nueva capa de perfume, según una técnica conocida como “layering”. Por último, se retiran los pétalos de jazmín utilizados y las hojas de té se cuecen para que queden completamente secas. No obstante, algunos productores conservan algunas flores por razones estéticas.
Sin embargo, en la industria moderna, algunos productores optan por mezclar el té verde con aceite de jazmín o aromas naturales de jazmín, en lugar de utilizar flores frescas. Este método, aunque económico, no permite en absoluto obtener un té de jazmín de calidad superior.
¿Cómo degustar el té de jazmín?
Si deseas saborear el té de jazmín en toda su sutileza, es primordial respetar tres criterios fundamentales: la dosificación, la temperatura del agua y el tiempo de infusión.
En cuanto a la dosificación, se recomienda una medida de aproximadamente 2 gramos por 240 ml de agua caliente. Sin embargo, si prefieres un té más intenso y aromático, no dudes en aumentar ligeramente la cantidad de té.
Respecto a la temperatura del agua, debería situarse idealmente entre 76,5 y 82 grados Celsius. Superar esta temperatura podría generar un sabor amargo y astringente. Si no dispones de un medio para medir la temperatura con precisión, espera alrededor de un minuto tras la ebullición del agua antes de utilizarla.
En lo que se refiere al tiempo de infusión, se aconseja mantenerlo entre 3 y 5 minutos. Un tiempo de infusión demasiado largo debilitaría el aroma del té y favorecería la predominancia de la fragancia del jazmín.
No olvides que si tu té es de alta calidad, puede infusionarse en varias ocasiones. No obstante, es importante señalar que cada infusión sucesiva disminuirá progresivamente el sabor del té.
¿A qué sabe el té de jazmín?
El sabor único del té de jazmín es el resultado de varios elementos clave: el origen del té y del jazmín utilizados, el método de producción empleado (tradicional o comercial) y el proceso de infusión, entre otros.
De manera general, este té se caracteriza por su fragancia envolvente, su frescura, su dulzura, su sutileza y su delicadeza. Se trata, por lo tanto, de una bebida más ligera en comparación con otras variedades de té. Si deseas añadirle un toque de exotismo o dulzura, no dudes en agregar azúcar, leche o incluso frutas.
El té de jazmín en la cocina
En el delicado arte de la degustación del té en China, éste se saborea a menudo puro, a fin de preservar y apreciar lo mejor posible su calidad excepcional. Sin embargo, también puede resultar fascinante degustar el té de jazmín acompañando platos de sabor pronunciado.
Por ejemplo, en la región de Sichuan, al suroeste de China, se elabora un té de jazmín llamado Piao Xue, que combina perfectamente con los platos picantes locales como el pollo caramelizado de Sichuan, el pollo kung pao o la ternera de Sichuan. La dulzura y sutileza de este té contribuyen a calmar las papilas inflamadas por las especias.
En los restaurantes de Dim Sum en Hong Kong, es habitual dar la bienvenida a los clientes con una gran tetera de té de jazmín. Ésta ayuda a equilibrar y aligerar los sabores intensos y las texturas ricas de los raviolis y otros platos
Por otra parte, el té de jazmín también puede emplearse como aromatizante de diversos postres: galletas, crepes, helado, gelatina, etc.
Los beneficios del té de jazmín
Según los principios de la medicina tradicional china y de ciertas tradiciones asiáticas, el té de jazmín se clasifica entre los alimentos yang o “calientes”, reconocidos por su eficacia contra el resfriado, una digestión débil y la hinchazón.
También se recomienda para las personas susceptibles de presentar un déficit de yang (calor, luz, sequedad), tales como quienes viven en un clima frío, quienes sufren falta de energía o los vegetarianos.
Según la medicina moderna, el té de jazmín es reconocido por sus virtudes terapéuticas, en particular gracias a la presencia de l-teanina, que favorece una concentración serena.
Sus polifenoles antioxidantes y catequinas antiinflamatorias contribuyen a la protección de la salud celular e intestinal, además de ayudar a equilibrar los niveles de colesterol en la sangre.
Además, este té puede utilizarse como una bebida beneficiosa para la piel o incluso como un cosmético natural. Así, en algunas familias asiáticas es habitual bañar a los bebés en agua mezclada con té verde.
¿Dónde comprar y cómo conservar el té de jazmín?
Para saborear un té de jazmín de calidad superior, es preferible optar por té a granel o en bolsitas de cristal, que encontrarás en tiendas gourmet o en tiendas especializadas en té, en lugar de té en bolsitas estándar. Se aconseja informarse sobre las marcas, así como sobre el origen del té y del jazmín que estás a punto de degustar. No dudes en pedir consejo a los vendedores sobre la preparación de la infusión.
Además, es importante prestar atención a la cantidad de flores presentes en el té. Si son demasiado numerosas, puede que los productores simplemente hayan añadido pétalos o brotes de jazmín sin recurrir a la técnica de superposición de capas (layering). Por el contrario, si no se aprecia rastro visible de jazmín, es muy probable que el té haya sido aromatizado con aceite o aromas naturales de jazmín, lo que no te ofrecerá la autenticidad de un verdadero té de jazmín.
Tras adquirir tu té de jazmín, consérvalo en un lugar fresco y protegido de la luz, del oxígeno, de la humedad y de las fuentes de olores fuertes. Almacenado así, el té podrá conservarse entre seis meses y un año. No obstante, se recomienda consumirlo con relativa rapidez a fin de disfrutar plenamente de su calidad óptima !
Ingredientes
- 240 ml de agua
- 1.5 cucharadita de té de jazmín o 1 bolsita de té
Procédé
- Calentar agua a 80 grados (usar un hervidor eléctrico permite ser preciso); usar un poco más de la cantidad indicada porque la necesitaremos para calentar la tetera
- Poner un poco de agua en la tetera y agitarla suavemente. Desechar esa agua
- Colocar el té en la tetera y verter el agua por encima. Tapar la tetera y dejar infusionar 3 minutos
- Colar el té (si no es en bolsita) y servir en una taza