Si ha leído el artículo sobre el nori, este también debería llamarle la atención… Nori, aonori, es normal hacerse la pregunta. El aonori es, de hecho, otra alga comestible y constituye un pilar de la cocina japonesa. Pero entonces, ¿cuál es la diferencia entre el nori y el aonori? ¿Y cómo se utiliza este último?
¿Qué es el aonori?
El término japonés “aonori” se utiliza de forma general para referirse a las algas verdes, ya sea al alga propiamente dicha o al condimento que se elabora con ella. Evidentemente, es esta segunda acepción la que nos interesa. En Japón se consume sobre todo deshidratado, en pequeños copos que se espolvorean directamente sobre la comida. Se trata de un aderezo de color verde (como las algas, pensará usted…) con un aroma muy característico. Quizás ya lo haya visto como topping sobre los okonomiyaki o el natto.
¿De dónde viene el aonori?
El aonori pertenece al género Ulva. Se cultiva en varias regiones de Japón, como la bahía de Ise, principalmente con fines comerciales. Su sabor puede variar ligeramente según el lugar de producción.
¿A qué sabe el aonori?
Como ocurre con la mayoría de las algas comestibles (por ejemplo, el wakame o el kombu), el aonori ofrece ese sabor salino a mar que muchos describen. En realidad se trata de un marcado umami. Es fresco y yodado, con una ligera textura crujiente en boca. Si desea aportar un toque suave de frescor a sus platos, el aonori es sin duda una apuesta segura.
Nori y aonori, ¿cuál es la diferencia?
En Japón existen algas de todos los colores y sabores, pero las dos más utilizadas son el nori y el aonori. ¿Qué las diferencia? Para empezar, su aspecto. El nori es esa lámina comestible de color verde muy oscuro, casi negro, que envuelve los sushis, los makis o los temakis. Es un alga roja en origen, pero el secado la oscurece casi hasta el negro. Normalmente se vende en láminas enteras.
El aonori, en cambio, presenta un verde mucho más vivo. Procede de un alga verde, cosa lógica si se tiene en cuenta que “aonori” es un término genérico para hablar de las algas verdes. Además, suele venderse en forma de copos. Como habrá deducido, ¡resulta imposible enrollar sushi con aonori!
También difieren en el sabor. Ambos comparten esa nota salada y yodada, pero el nori es bastante más suave, mientras que el aonori posee un gusto más intenso y terroso. Por ello es perfecto para mezclas de condimentos y guarniciones, aunque menos indicado para hacer rollitos.
¿Cuáles son los beneficios del aonori?
Como muchas otras algas comestibles, el aonori es una excelente fuente de nutrientes y vitaminas, en especial A, B12 y C. Para hacerse una idea, contiene más calcio que la leche y más hierro que las espinacas. También aporta magnesio, litio, fibra y diversos minerales. Por todo ello es un magnífico aliado para la salud: fortalece el organismo, refuerza el sistema inmunitario y favorece la eliminación de toxinas.
¿Cómo utilizar el aonori en la cocina?
Como habrá visto, el aonori no se usa igual que el nori, aunque combine con los mismos ingredientes. En Japón se consume sobre todo como topping en platos tradicionales como el okonomiyaki, el natto, los yakisoba, el takoyaki o incluso el furikake. También puede emplearse como condimento en bases de sopa, platos de fideos, salteados, cuencos de arroz, ramen, tortillas, pescados… ¡todo depende de su creatividad!
¿Con qué sustituir el aonori?
El aonori puede sustituirse fácilmente por nori. Aunque el nori se vende en láminas, puede triturarlo en un robot de cocina. El sabor varía ligeramente, pero sigue siendo uno de los mejores sustitutos.
Existe otra opción: el alga “aosa”, que también se comercializa en copos. Por esa forma puede confundirse con el aonori, pero no se preocupe, sus sabores son muy parecidos, ya que pertenecen a la misma familia de algas.
¿Dónde encontrar aonori?
El aonori se encuentra sin dificultad en las tiendas de alimentación asiática, casi siempre en forma de copos. Numerosas tiendas en línea también lo ofrecen.
¿Cómo conservar el aonori?
Guarde el aonori en un lugar fresco, lejos de fuentes de calor y humedad. Una vez abierto, colóquelo en el refrigerador para conservar todo su sabor.
