El cerdo agridulce es un clásico, ya sea como aperitivo o como plato principal acompañado de un buen arroz cantonés: nunca me canso de él y no sé si algún día podré superar esta adicción.
Además de esta receta, tienes también una salsa agridulce casera que te cambiará la vida de lo sencilla que es… No pasa una semana sin que prepare un pequeño tarro aparte.
Si eres fanático de la cocina china, ¡esta receta es para ti! Sumerge tempura de camarones, nachos u otras frituras: ¡las posibilidades son infinitas!
Para impresionar, he añadido semillas de sésamo negro, pero no son en absoluto indispensables. Te perdono si no te apetece tomarte el tiempo.
Consejos para el cerdo agridulce
No te aconsejo usar panceta o tocino para esta receta. Este corte es demasiado graso; es mejor optar por trozos más magros (o, si eres un afortunado, por secreto de cerdo ibérico).
Asegúrate de no freír demasiados trozos de cerdo al mismo tiempo para evitar que se peguen entre sí.
Generalmente frío entre 6 y 8 trozos a la vez cuando uso mi pequeña freidora asiática.
Utiliza un termómetro de cocina para asegurarte de que el aceite esté a la temperatura adecuada. Si el aceite está demasiado caliente, el exterior del cerdo puede quemarse antes de que el interior esté cocido.
Si el aceite está demasiado frío, el cerdo absorberá más aceite y quedará pesado y grasoso (la grasa es vida, pero con moderación).
Si quieres que sobre para otro día, procura guardar parte de los buñuelos de cerdo por separado de la salsa.
De este modo, podrás recalentar el cerdo con una segunda fritura y la salsa aparte, y el plato conservará todo su sabor y textura.
Lo ideal es incluso congelar el buñuelo después de la primera fritura y luego “recalentarlo” pasándolo por la freidora. Al final, igual que con las patatas fritas congeladas.
En realidad, el principio es el mismo para todas las salsas. La salsa blanca china, la salsa agridulce, la agridulce-salada, la salsa del pollo del general Tao, la salsa de pollo con ajo y miel… todas comparten un ingrediente: la maicena, el auténtico secreto de esas salsas asiáticas tan pegajosas.
El único inconveniente de una salsa pegajosa como la del cerdo agridulce es que la consistencia no dura.
Seguro que alguna vez has pedido comida china y, al día siguiente, te has encontrado con trozos de carne bañados en una salsa demasiado aguada (en el mal sentido).
Esto se debe a que la maicena solo mantiene esa textura agradable durante, como mucho, una hora. Por eso, al día siguiente tu cerdo agridulce puede haber perdido calidad. Te recomiendo prepararlo sobre la marcha.
Si te ha gustado esta receta, échale un ojo a mi pollo agridulce
Los ingredientes del cerdo agridulce
Vino Shaoxing: un clásico en la cocina china que aporta un sabor muy característico a los platos. Aprende todo sobre él aquí
Vinagre de arroz: igual de imprescindible en cualquier cocina asiática. Descubre mi artículo completo sobre el tema.
Equipo
- 1 Wok
Ingredientes
Marinado
- 200 g filete de cerdo
- 0.5 cucharadita pimienta blanca
- 1 sal
- 1 cucharada vino de Shaoxing
- 1 c. azúcar
- 4 trozos de jengibre machacado
Rebozado
- 1 porción pan rallado universal
Salsa
- 4 cucharadas kétchup
- 4 cucharadas azúcar
- 2 cucharaditas vinagre de arroz
- 1 pizca sal
- 120 ml agua
- 0.5 cucharada maicena
Instrucciones
- Marine el cerdo durante 10 minutos; mientras tanto, prepare el rebozado y mezcle los ingredientes de la salsa.
- Reboce los trozos de cerdo en el pan rallado y fríalos en aceite a unos 160 °C (sabrá que está listo si un mango de madera hace burbujas). Cocínelos hasta que empiecen a dorarse.
- Cuando haya frito todos los trozos, fríelos una segunda vez hasta que queden bien dorados. Escúrralos y reserve.
- En un wok a fuego medio-alto, saltee los brotes tiernos de cebolla y el jengibre durante 1 minuto con un chorrito de aceite. Vierta la salsa y remueva hasta que espese.
- Añada el cerdo y mezcle con suavidad hasta que quede bien cubierto.