Ya sea que la llames mayonesa japonesa o Kewpie, en cuanto la pruebes no habrá vuelta atrás.
La mayonesa japonesa destaca por su intenso sabor a huevo, un matiz especiado (no picante) y un sutil toque dulce. Es, además, más cremosa en color y textura que la mayonesa estándar. Y, como muchas creaciones japonesas, posee un umami muy marcado.
A los japoneses les encanta usar esta mayonesa como dip, cobertura o aderezo, y te sorprendería lo frecuente que resulta este condimento en su día a día. Personalmente, la disfruto para mojar pollo karaage o en mi salsa para alitas.
¿Qué es la mayonesa japonesa?
Kewpie es solo una de las muchas marcas de mayonesa japonesa, pero se ha vuelto popular en todo el mundo. Todas las mayonesas japonesas se venden en botellas de plástico con una boquilla fina para que puedas dibujar el característico zigzag sobre tus okonomiyaki.
Reconocerás la mayonesa Kewpie por la famosa muñeca en su etiqueta. Puedes comprarla aquí en Amazon.
Al igual que la salsa de soja, el sake, el mirin y el miso, la mayonesa japonesa es un condimento básico en Japón desde su introducción en 1925. En aquella época casi no existían aderezos, y muchos japoneses aliñaban sus ensaladas con una simple cucharada de mayonesa.
¿A qué sabe la mayonesa japonesa?
Lo primero que notarás es que resulta más sabrosa y dulce que la mayonesa habitual. Su textura es más densa y cremosa.
En lugar del vinagre destilado que se emplea normalmente en Occidente, la mayonesa japonesa utiliza vinagre de arroz o de sidra de manzana, lo que le aporta un sabor único y un toque exótico que no encontrarás en ningún otro lado.
La mayonesa japonesa encaja a la perfección en la tradición culinaria de su país, que siempre ha sabido incorporar el umami – ese quinto sabor que podríamos calificar de “sabroso” – en sus creaciones.
En la mayo japonesa el umami es especialmente pronunciado gracias a la ingeniosa adición de una pequeña cantidad de MSG. Ese detalle le otorga un carácter inolvidable, ese algo que te hará volver por más.
Consejos para conseguir una mayonesa japonesa casera perfecta
La mayonesa es una emulsión de aceite, yema y vinagre. El aceite y el agua presentes en la yema son dos líquidos que normalmente no pueden mezclarse.
La emulsificación se logra añadiendo un ingrediente al otro muy lentamente mientras se bate con fuerza. Esto dispersa diminutas gotitas de un líquido en el otro. En este caso, las proteínas y la lecitina de la yema actúan como emulsionantes.
- Usa aceite de girasol: evita tanto el aceite viejo como el de oliva extra virgen, pues la emulsión no se formará igual de bien.
- Asegúrate de que el huevo esté a temperatura ambiente: las moléculas de un huevo frío se separan con facilidad y complican la mezcla.
- Añade mostaza: no es solo por el sabor, también ayuda a estabilizar la emulsión!
- Incorpora el aceite en un hilo fino y constante: si lo agregas demasiado rápido, los líquidos no se emulsionarán. Viértelo despacio mientras sigues batiendo.
- Usa batidora o licuadora: el factor clave es el tamaño de las gotitas de aceite. La mayonesa industrial parece más lisa y ligera porque se elabora con maquinaria mucho más potente. Si dispones de equipo eléctrico, aprovéchalo: acelerarás el proceso, la textura será más uniforme y te ahorrarás esfuerzo.
Receta ultrarrápida de mayonesa japonesa
Si buscas velocidad y no te importa sacrificar algo de sabor, mezcla 230g de mayonesa comercial (mejor si tiene alto contenido de yema) con 2 cucharadas de vinagre de arroz y 1 cucharada de azúcar glas.
Receta de mayonesa japonesa
Ingredientes
- 2 yemas de huevo a temperatura ambiente
- 2 cucharadas de mostaza de Dijon
- 300 g de aceite vegetal neutro
- 1 cucharaditas de sal
- 2 cucharaditas de azúcar en polvo
- 0.5 cucharaditas de dashi en polvo
- 2 cucharadas de vinagre de arroz
- 4 cucharaditas de jugo de limón
Instrucciones
- Poner las yemas de huevo en un bol con la mostaza y batir durante 30 segundos-1 minuto
- Sin dejar de batir (con batidora eléctrica o a mano), comenzar a añadir el aceite LENTAMENTE. La mezcla empezará a espesar. Hacerlo durante 1-2 min.
- Añadir la sal, el azúcar y el polvo de dashi. Mezclar
- Volver a añadir aceite mientras se mezcla
- Por último, añadir el vinagre y el jugo de limón y mezclar de nuevo hasta que esté bien emulsionado
- Probar y ajustar la sal y el azúcar a tu gusto. También se puede añadir un poco de MSG