Una receta irresistible de arroz salteado con pollo que volverá adictos a ti y a tus invitados
A menudo me preguntan cuál es mi plato favorito. Sinceramente, me cuesta decidirme, porque paso por etapas en las que me obsesiono con un tipo de comida y la disfruto hasta saturarme
PERO, si me lo preguntaras esta semana, sin duda diría que el arroz salteado con pollo. De verdad, cocinarlo una y otra vez fue un auténtico placer del que nunca me cansé.
¿Qué conclusiones saqué de tantas pruebas? Es una receta increíblemente sabrosa, precisa y sencilla que ofrece suficiente margen de error para una cocina relajada y sin estrés. En fin, vayamos a lo serio

Material necesario para preparar arroz salteado con pollo
Es absolutamente esencial contar con una arrocera. ¿Por qué, te preguntarás? La razón es sencilla: este método garantiza una cocción infalible del arroz en cualquier líquido que elijas (en este caso, caldo de pollo casero)
Es una herramienta indispensable que te permite controlar el punto exacto del arroz y evitar que quede pasado o duro.
Personalmente uso una arrocera de la marca Tristar (puedes hacer clic en el enlace para más información). Este modelo es sorprendentemente sencillo y, además, económico
Para la fase “salteado”, lo ideal es un wok, aunque cualquier cazuela amplia o sartén grande sirve. El único riesgo es que mezclar sea incómodo si los bordes no son lo bastante altos
¿Por qué está tan rico?
El auténtico secreto de esta receta está en el caldo. El primer paso es preparar un caldo de pollo casero al estilo asiático sin añadirle ni una pizca de sal. Cuando el arroz se cuece en él, absorbe todo el glutamato natural, un compuesto conocido por realzar los sabores.
Ahora bien, ese glutamato permanece “inactivo” hasta que la sal de la salsa de soja lo despierta durante el salteado. Si pruebas el arroz nada más cocerlo lo notarás bastante soso, pero no te dejes engañar: es parte esencial del proceso.
Este ingenioso proceso da lugar a una auténtica explosión de umami, ese quinto gusto que aporta profundidad y redondez. El umami, a menudo descrito como rico y satisfactorio, es un pilar de la cocina asiática y uno de los grandes atractivos de este arroz salteado con pollo.
Al probarlo te invade una sinfonía de sabores que te dejará sin palabras.
Y confieso que solo de escribir estas líneas se me hace la boca agua. Es un homenaje a la complejidad y la riqueza de la cocina china, y demuestra cómo ingredientes sencillos pueden transformarse en un plato increíblemente sabroso gracias a una técnica de cocción bien pensada
Los ingredientes principales del arroz salteado con pollo
Esta receta no lleva demasiados ingredientes “especial Asia”, precisamente por eso te pido que no los sustituyas: ¡son imprescindibles!
El vino Shaoxing: El famoso vino de arroz chino vuelve a ser protagonista en esta receta; su aroma potencia la marinada del pollo
La salsa de soja clara: No te compliques: es la salsa de soja salada corriente que encuentras en cualquier supermercado
La salsa de ostras: No se puede sustituir, pero no te preocupes: no sabe a ostras
La maicena: Es imprescindible para lograr la textura final del pollo; ¡aquí no dejamos nada al azar!
El arroz: Prefiero usar arroz para sushi bien lavado antes de cocerlo
Receta de arroz salteado con pollo
Arroz frito con pollo
Equipo
- 1 Wok
Ingredientes
- 280 g de arroz de sushi crudo
- 4 cebolletas en rodajas (blanco y verde por separado)
- 2 zanahorias en rodajas
- 1 kg contramuslos de pollo con hueso y piel
- 375 ml caldo de pollo casero
Caldo
- 600 ml agua
- huesos del pollo
- 6 tallos de cebolletas
- 4 dientes dientes de ajo
Marinado del pollo
- 2 cucharadas Maizena
- 4 cucharadas salsa de soja ligera
- 4 cucharadas vino Shaoxing
Salsa
- 2 cucharadas salsa de ostras
- 3 cucharadas salsa de soja ligera
Instrucciones
La víspera
- Deshuesa los contramuslos y, con el dorso del cuchillo, parte los huesos de un golpe seco.
- Coloca los huesos en una cacerola, añade el agua, las cebolletas y los dientes de ajo ligeramente aplastados (puedes dejarles la piel). Cocina tapado a fuego muy suave.
- Hierve a fuego muy bajo, con la tapa puesta, durante 1 h 30 min.
- Mientras tanto, corta la carne en trozos pequeños y reserva la piel. Pasa todo a un bol grande, mezcla bien con el marinado, tapa y refrigera.
- Cuela el caldo.
- Lava el arroz al menos 6 veces, hasta que el agua salga casi transparente. Escúrrelo por completo y añade la misma cantidad de caldo que usarías de agua.
- Cuece el arroz y guárdalo en la nevera. Si sobra caldo, disfrútalo en una sopa de fideos esa misma noche.
El día D
- Calienta un wok o una cazuela amplia con un chorrito de aceite a fuego fuerte.
- Añade la mitad del pollo (lo saltearemos en dos tandas), repártelo y deja que chisporrotee sin moverlo 2-3 minutos: buscamos una costra dorada.
- Remueve y repite el proceso un par de veces.
- Repite con el resto del pollo y reserva. Procura recuperar el aceite del bol para usarlo con los demás ingredientes.
- Vuelve a poner el wok a fuego fuerte. Incorpora las zanahorias y saltea 3-4 minutos.
- Añade la parte blanca de las cebolletas y saltea 3 minutos más.
- Agrega el arroz, saltea 3 minutos, incorpora la salsa y el pollo y remueve durante 5 minutos más.
- Añade la parte verde de las cebolletas, mezcla 2 minutos y apaga el fuego. ¡A la mesa!