¿Qué es la azufaifa?
La azufaifa, también llamada dátil chino, es un pequeño fruto de color marrón o rojo oscuro que crece en un árbol llamado «azufaifo».
Tiene la piel lisa y brillante y una pulpa dulce y crujiente que puede consumirse fresca o seca.

Se cultiva en regiones cálidas y templadas de todo el mundo, especialmente en China, India y Oriente Medio. Es una fruta muy rica en vitaminas, minerales y antioxidantes, y se emplea para preparar deliciosos postres de sabor exótico… ¡y mucho más!
Origen de la azufaifa
La azufaifa tiene una larga historia que se remonta a más de 4.000 años. Originaria de China, en el taoísmo (religión china) se considera una fruta sagrada, e incluso «alimento de los hombres perfectos». También se ha utilizado ampliamente en la medicina tradicional china y, también en Europa, para tratar el insomnio, la ansiedad, la tos, la diarrea y los dolores abdominales.

Este fruto se introdujo primero en Asia Menor y en la cuenca mediterránea, en zonas de reintroducción, como en el norte de África. Soporta temperaturas de hasta -15 °C, pero se cultiva preferentemente en climas cálidos y secos de tipo mediterráneo.
Con el tiempo, la azufaifa se hizo popular no solo en Asia, sino también en el resto del mundo, especialmente durante la época colonial. Se aprecia por su sabor dulce y su textura crujiente. Más allá de sus numerosos atributos culinarios, medicinales o cosméticos, la madera del árbol también se utiliza en ebanistería o luthería.
El sabor de la azufaifa
La azufaifa fresca tiene un sabor dulce con un toque de acidez. A menudo se describe como crujiente y jugosa, similar a una manzana o una pera.
Las azufaifas secas, en cambio, presentan una textura más seca y algo gomosa en boca, pero un sabor más dulce y concentrado que las frescas. En definitiva, es un alimento sutil y delicado, muy interesante para usar en infusiones, postres y mermeladas…
Los beneficios de la azufaifa
La azufaifa es un alimento rico en nutrientes, lo que la hace beneficiosa para la salud. Es especialmente rica en antioxidantes, que ayudan a combatir la degradación de las células del organismo y, por tanto, el envejecimiento de la piel. La vitamina C que contiene contribuye a mantener la integridad cutánea, la renovación y la cicatrización.
Antaño incluso se utilizaba con fines medicinales. Se recurría a la azufaifa para mejorar el sueño y la salud digestiva o cardíaca. En resumen, ¡un alimento saludable para incorporar a nuestras recetas!
Azufaifa y baya de goji: ¿en qué se diferencian?
La azufaifa y la baya de goji son dos tipos de frutos desecados que a menudo se consumen por sus propiedades medicinales. Aunque se parezcan, en realidad son frutas distintas.
Para empezar, la azufaifa es un fruto redondo, pardo rojizo, que crece en un árbol pequeño (¡el azufaifo!) originario de China. Suele encontrarse seca. Se utiliza para tratar la ansiedad y el insomnio, y para favorecer una mejor digestión.

La baya de goji, en cambio, es un pequeño fruto rojo anaranjado que crece en un arbusto también originario de Asia. También suele secarse y puede consumirse por sus beneficios para la salud, como la mejora de la visión, el aumento de la energía y el estímulo del sistema inmunitario.
Por lo tanto, son dos frutos con propiedades distintas que conviene diferenciar en el plano botánico. Ten en cuenta además que, en cuanto al sabor, la azufaifa tiene de forma natural un perfil mucho más cercano al del dátil que la baya de goji.
La azufaifa en la cocina
La azufaifa puede utilizarse de muchas formas, y eso es precisamente lo que la hace tan versátil. Fresca o seca, añádela a platos dulces como pasteles o tartas y a ensaladas de frutas…
También se preparan con ella mermeladas y compotas, que pueden combinar con sabores salados según el plato. La ventaja de la azufaifa es esa ligera acidez y ese dulzor que marcan la diferencia en los guisos o los platos de carne. Por ejemplo, aparece en la fondue china y, por tanto, en mi receta de caldo para fondue china.

Otro uso de la azufaifa es preparar una infusión. Basta con hervir azufaifas secas en agua durante unos 20 minutos. Disfrútala caliente o fría, como prefieras.
¿Dónde encontrar azufaifa?
En Europa, lo más habitual es encontrarla seca. Si la buscas fresca, resulta más difícil de conseguir que la seca. A veces hace falta un poco de suerte: no todas las tiendas asiáticas la ofrecen.
La ventaja de las azufaifas secas es que puedes conservarlas más tiempo. No obstante, asegúrate de adquirir un producto de calidad, ¡aunque sea un producto seco!
¿Cómo conservar la azufaifa?
Si tienes la suerte de encontrar azufaifas frescas, consérvalas en un lugar fresco y seco. Lo ideal es guardarlas en el refrigerador dentro de una bolsa hermética.
Así se conservan entre 1 y 2 semanas. Otra opción, si deseas conservarlas más tiempo, es guardarlas en el congelador.
Si están secas, mantén las azufaifas a resguardo de la luz. Colócalas en un recipiente hermético y se mantendrán en buen estado varios meses.

Ingredientes
- 60 g dátiles rojos
- 5 g bayas de goji
- 1 trozo de jengibre en rodajas
- 1 cucharada azúcar moreno
Instrucciones
- Coloca los dátiles rojos en un tazón grande y cúbrelos con agua. Déjalos en remojo 10 minutos. Luego, frota suavemente la superficie de cada dátil para eliminar el polvo. Escurre y desecha el agua. Ábrelos por la mitad con un cuchillo y retira los huesos.
- Enjuaga las bayas de goji con agua. Frótalas suavemente para eliminar cualquier suciedad de la superficie.
- Pon los dátiles rojos, las bayas de goji y el jengibre en una cacerola pequeña. Añade el agua.
- Lleva a ebullición a fuego medio-alto. Reduce a fuego medio-bajo y cocina a fuego lento durante 10 minutos.
- Cuela el té con un colador fino. Presiona los dátiles rojos para extraer la mayor cantidad de líquido posible.
- Añade el azúcar moreno y remueve hasta disolver. Prueba y ajusta el azúcar si hace falta. Sirve caliente.