El wakame es uno de los tipos de algas comestibles más comunes. Se usa con frecuencia en la cocina asiática y suele servirse en ensaladas, sopas o como guarnición de mariscos.
Aunque crece de forma silvestre en Australia, su cultivo se concentra sobre todo en Japón y Corea. Por ello, el wakame que se encuentra en el comercio proviene probablemente de alguno de estos dos países. También se lo conoce como sargazo.
¿Qué es el wakame?
El wakame es un vegetal marino, a menudo descrito simplemente como un alga, y se utiliza ampliamente en la cocina japonesa y en otras cocinas asiáticas. Se emplea con frecuencia en sopas, ensaladas, aperitivos y como condimento.
De color verde oscuro, el wakame recibe a veces el apodo de “mostaza de mar” por su parecido con la mostaza cocida, aunque su sabor suave no se asemeja al picante de esta hortaliza.
El wakame se comercializa en dos formatos: deshidratado, el más habitual, y salado. Este último se vende refrigerado y envasado al vacío.
Wakame y nori, ¿cuál es la diferencia?
El wakame se distingue del nori, otra variedad de alga deshidratada que se utiliza habitualmente para la elaboración de sushi. El nori se presenta en láminas planas y secas, mientras que el wakame deshidratado suele encontrarse en tiras ligeramente arrugadas que recuerdan a pequeñas pasas marinas.
Antes de utilizarlo, es necesario rehidratar el wakame seco, mientras que el nori suele tostarse antes de incorporarlo a los rollos de sushi o a los onigiri.
Usos del wakame
El wakame necesita hidratarse antes de consumirse. Basta con colocarlo en un cuenco y cubrirlo con agua tibia durante unos minutos. Como aumenta de volumen, quizá no haga falta emplear mucha cantidad.
Una vez hidratada y escurrida, el alga puede añadirse a ensaladas y sopas, o picarse, aderezarse y servirse como ensalada. La célebre sopa de miso suele adornarse con dados de tofu, cebolleta picada y trocitos de alga verde: se trata de wakame.
¿Cómo cocinar con wakame?
Tras rehidratarlo, basta con sumergirlo en agua helada durante 5 o 6 minutos, luego escurrirlo y presionarlo para eliminar el exceso de agua.
Otra técnica consiste en escaldarlo: se sumerge brevemente el wakame seco en agua hirviendo, después se escurre y se enjuaga con agua fría antes de presionarlo para secarlo.
El escaldado realza el color verde intenso del wakame; se practica a menudo cuando se prepara una ensalada de wakame en lugar de una sopa. Por último, las tiras secas pueden molerse en un molinillo de especias y utilizarse como condimento para ensaladas, sopas, pescado o tofu.
¿A qué sabe el alga wakame?
Como muchos vegetales marinos, el wakame posee un sabor salobre, salado y umami con un ligero toque dulce. Al proceder del mar, su gusto recuerda a los sabores marinos, aunque sin presentar un sabor a pescado.
En cuanto a la textura, el wakame rehidratado resulta ligeramente gomoso y resbaladizo, y ofrece una sensación casi crujiente al morderlo. El wakame seco consumido directamente de la bolsa como tentempié recuerda a un snack similar a una patata frita ligeramente elástica.
¿Dónde comprar wakame?
La mayoría de las tiendas de productos asiáticos venden wakame, pero también es posible encontrarlo en otros supermercados, sobre todo en el pasillo internacional o en una sección dedicada al sushi, donde también se almacenan el arroz para sushi, la salsa de soja y el nori.
También puede adquirirse en línea. El wakame suele venderse en pequeños sobres en su forma deshidratada, mientras que la variedad salada se encuentra en la sección refrigerada, con mayor probabilidad en un mercado asiático que en una tienda de comestibles tradicional.
¿Cómo conservar el wakame?
El wakame deshidratado puede guardarse en su bolsa sellada, protegido de la luz, en un lugar fresco y seco, durante aproximadamente un año. Una vez rehidratado, se conserva en el frigorífico entre 3 y 4 días.
El wakame rehidratado también puede almacenarse en el congelador, donde se mantendrá durante un año. En cuanto al wakame salado (refrigerado), debe mantenerse en la nevera y se conservará fresco durante varias semanas, aunque se recomienda comprobar la fecha de caducidad o de consumo preferente.