Utilizadas desde hace más de 4000 años, no hay duda de que las semillas de sésamo se han ganado un lugar privilegiado en nuestro día a día, junto con toda la riqueza culinaria y cultural que aportan, desde Estados Unidos hasta Asia!
Las semillas de sésamo, ¿qué son?
La semilla de sésamo procede de la planta del mismo nombre, una herbácea anual (Sesamum Indicum es su nombre botánico). Para evitar confusiones, sus flores, en forma de campanilla amarilla, rosada, violeta o blanca, recuerdan a las digitales. De ellas surgen vainas que albergan las célebres semillas aplanadas y comestibles, que pueden presentar distintos colores según la variedad.
También pueden comerse las hojas de sésamo. A menudo se sirven como guarnición en la cocina coreana, aunque, por supuesto, son las semillas las que se consumen con más frecuencia. La cáscara que las rodea se retira habitualmente por su sabor amargo; de este modo se obtienen las semillas de sésamo. Se trata además de un cultivo sencillo y económico, razón de su éxito.
Las semillas también se emplean para producir aceite de sésamo, obteniéndolo mediante prensado. Asimismo pueden tostarse para elaborar pasta de sésamo, usada, por ejemplo, en algunos postres como los bizcochitos de sésamo negro glaseados con matcha! Esta pasta puede incluso reemplazar a la mantequilla de cacahuete.
¿De dónde vienen las semillas de sésamo?
Esta planta aromática, portadora de las semillas de sésamo, es originaria de las regiones tropicales y subtropicales de África y Asia. Se cultiva desde hace más de 4000 años y se extendió a China, Egipto, India, Japón… Se dice que la extracción de su aceite se remonta incluso al 900 o 700 a. C. en el este de Turquía. En China se utilizaría desde hace al menos 2000 años.
Varios documentos históricos sitúan además a la semilla de sésamo como elemento central en rituales de purificación e incluso como símbolo de inmortalidad en ceremonias funerarias de diferentes culturas. Durante los periodos de guerra se empleaban para alimentar a los soldados que necesitaban energías.
¿Cuáles son los diferentes tipos de semillas de sésamo?
Se cultivan varias variedades de semillas de sésamo: rojas, marrones, negras, blancas e incluso doradas… Cada una posee sus particularidades. El sésamo blanco es la variedad más delicada. Se usa a menudo en pastelería y panadería, aunque puede incorporarse a cualquier plato que requiera sésamo.
Las demás variedades se buscan por su aroma, como el sésamo negro, o por su mayor contenido en aceite, como el marrón. Sin embargo, suelen elegirse más por su aspecto visual que por el sabor extra que aportan al plato.
¿A qué saben las semillas de sésamo?
El sabor de las semillas de sésamo recuerda al de la avellana o la almendra y se intensifica al tostarlas. Claro que todo depende de la variedad: las semillas blancas son más delicadas y suaves, mientras que las negras resultan más ricas, intensas y ligeramente amargas.
¿Cuáles son los beneficios de las semillas de sésamo?
Las semillas de sésamo son especialmente ricas en vitaminas, proteínas, minerales y antioxidantes, razón de sobra para espolvorear unas cuantas sobre sus platos.
También se emplean ampliamente en la elaboración de ciertos medicamentos, ¡por algo será! Son beneficiosas para la salud en muchos sentidos: ayudan a reducir el colesterol, combatir infecciones y tratar la diabetes. Eso sí, hay que tener presente que las semillas de sésamo son un alérgeno para algunas personas.
¿Cómo utilizar las semillas de sésamo en la cocina?
Se recomienda tostar las semillas de sésamo para potenciar su sabor. Puede hacerlo en seco, ya sea en la estufa o en el horno. En la estufa, basta con colocar una capa uniforme de semillas en una sartén sin aceite y cocinarlas a fuego medio-bajo, removiendo de vez en cuando, hasta que se doren. Este método es más rápido: tardará unos 5 minutos.
Otro método consiste en distribuir las semillas sobre una bandeja apta para horno y tostarlas a 180°C durante 8 a 15 minutos, removiendo de vez en cuando.
Si las utiliza como condimento, puede espolvorearlas sobre salteados, ensaladas y sopas. Añaden un matiz ahumado a platos de verduras, pescado, carnes (como albóndigas de pollo), en los dim sum, sobre el arroz o los fideos.
También puede incorporarlas a la preparación de pastas o espolvorearlas sobre el pan. Igualmente se emplean en la elaboración de postres, como el Tang Yuan o el Bánh Cam, por ejemplo. ¡Una receta perfecta para esta época de fin de año!
¿Cómo conservar las semillas de sésamo?
Guarde las semillas de sésamo en un recipiente hermético, en un lugar fresco y seco. Así se mantendrán alrededor de 3 meses. Si las refrigera, aguantarán 3 meses más; congeladas, duran hasta un año. En cuanto al aceite de sésamo, puede conservarse durante muchos años sin volverse rancio.
¿Dónde se pueden conseguir semillas de sésamo?
Las semillas de sésamo se encuentran habitualmente en la mayoría de los supermercados. También puede comprarlas en tiendas especializadas, a granel o ya envasadas. Le aconsejo adquirir pequeñas cantidades para que conserven mejor su frescura.