Tamiza la harina, el polvo de hornear, la sal y el azúcar en polvo en un bol grande. En otro bol, bate ligeramente la leche con el huevo y luego incorpora la mantequilla derretida.
Vierte la mezcla de leche sobre la mezcla de harina y, con un tenedor, bate hasta obtener una masa homogénea. Los grumos desaparecerán tras un poco de mezcla. Deja reposar la masa durante unos minutos.
Calienta una sartén a fuego medio y añade un trozo de mantequilla. Cuando se derrita, agrega un cucharón de masa (o dos si la sartén es lo bastante grande para cocinar dos panqueques a la vez). La masa parecerá muy espesa, pero es normal.
Espera unos 3 minutos hasta que la parte superior del panqueque empiece a burbujear y los bordes se vean cuajados. Dale la vuelta y cocina dos minutos más hasta que ambos lados estén dorados y el panqueque haya subido hasta aproximadamente 1 cm de grosor. Si el panqueque se oscurece demasiado, baja ligeramente el fuego para la siguiente tanda.
Repite hasta utilizar toda la masa. Puedes mantener los panqueques calientes en un horno a baja temperatura, pero están mejores recién salidos de la sartén.
Sirve con abundante jarabe de arce.
Notas
No mezcles demasiado la masa; unos pequeños grumos son preferibles para conseguir panqueques ligeros y esponjosos.¿Cómo lograr panqueques deliciosamente esponjosos?Asegúrate de que el polvo de hornear siga activo, probándolo en agua caliente: debe burbujear si aún funciona. Puedes añadir una cucharadita de zumo de limón a la leche para que se corte ligeramente, lo que hará los panqueques más suaves sin alterar el sabor, salvo un ligero toque ácido.Usa una sartén antiadherente o una plancha de hierro para un calor constante y gira los panqueques cuando aparezcan burbujas en la superficie y los bordes se vean firmes.¿Cómo conservar los panqueques?Los panqueques se conservan bien en el frigorífico o congelador y se recalientan en la tostadora, en la freidora de aire o en el horno/microondas.