En una cacerola con agua caliente, añade la rama de canela y luego los frijoles rojos. Cuece durante una hora a fuego lento.
Escurre, comprueba que los frijoles estén completamente cocidos y retira la rama de canela.
Añade el azúcar moreno y una pizca de sal.
Tritura con una espátula hasta obtener una pasta (te aconsejo hacerlo con una batidora para un mejor resultado).
Coloca la harina de arroz en un bol, añade el azúcar blanco y mezcla.
Añade poco a poco agua tibia para ligar la harina. Amasa a medida que la incorporas hasta obtener una consistencia firme.
Forma bolas de unos 10 a 13 g con las manos. Haz un hueco, añade un poco de pasta de frijol rojo en el centro y vuelve a formar la bola.
Cuece los gyeongdan en agua hirviendo (unos 4-5 min) hasta que suban a la superficie.
Rebózalos, al gusto, en harina de soja tostada, artemisa en polvo y sésamo negro molido.
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Notas
Si lo prefieres más dulce, añade un poco de azúcar a las coberturas. Si no encuentras los ingredientes que utilicé, también puedes rebozarlos en coco rallado, cacao en polvo, bizcocho desmigado, semillas de sésamo tostadas, etc.