Enjuaga el arroz glutinoso de 6 a 10 veces, asegurándote de eliminar la mayor parte del almidón y de que el agua quede clara. Luego, deja el arroz en remojo, completamente sumergido en agua, durante unas 6 horas.
Con ayuda de una cesta para vapor o cualquier otro tipo de vaporizador, cocina el arroz glutinoso al vapor durante unos 15 minutos, hasta que esté completamente cocido, y luego resérvalo.
En una cacerola, añade la crema de coco destinada al arroz a fuego medio y remueve suavemente en círculos. Agrega el azúcar y la sal, y sigue removiendo y cocinando hasta que se disuelvan por completo. Cuando la mezcla de crema de coco hierva, apaga el fuego.
Pon el arroz glutinoso recién cocido en un bol para mezclar y empieza a añadir lentamente la mezcla de crema de coco y azúcar. Incorpórala cucharada a cucharada, mezclándola poco a poco con el arroz. Una vez integrado todo, obtendrás un arroz glutinoso brillante que se asemeja casi a un pudín granulado. Tu arroz glutinoso está listo; cúbrelo con plástico para que no se seque.
En otra cacerola, añade la otra porción de crema de coco y sal, y remueve a fuego lento. Llévalo a ebullición, apaga el fuego y reserva en un bol. Se servirá con el mango sticky rice como cobertura.
En un wok o sartén, a fuego bajo, tuesta en seco los frijoles mungo amarillos durante unos minutos, hasta que estén dorados y crujientes. Reserva nuevamente como cobertura.
Para el mango, empieza pelando la piel, luego corta la pulpa a cada lado del hueso y corta el mango en trozos grandes.
En un plato, coloca primero una porción de arroz glutinoso, cúbrela con mango, espolvorea los frijoles mungo y sirve la crema de coco adicional aparte.
Notas
Una vez que hayas enjuagado el arroz seis veces, cuando vuelvas a añadir agua, esta debe estar clara y no turbia a causa del almidón. Si sigue turbia, enjuaga el arroz varias veces más.