En un bol amplio mezcla todos los ingredientes del rebozado hasta obtener una masa homogénea.
Añade las alitas, masajea con las manos para cubrirlas bien y deja reposar 5 minutos.
Calienta abundante aceite en una cacerola hasta que alcance 170 °C. Fríe las alitas 4-5 minutos, o hasta que estén ligeramente doradas y crujientes.
Sube la temperatura del aceite a 190 °C y fríe de nuevo las alitas hasta que queden bien doradas y súper crujientes.
En otra cacerola a fuego medio-alto, coloca todos los ingredientes de la salsa.
Remueve hasta que la mezcla espese y quede brillante.
Pasa las alitas recién fritas a un bol grande, añade la salsa y mezcla para que queden bien glaseadas.
Notas
¿Por qué freímos dos veces? La primera fritura, a temperatura moderada, derrite parte de la grasa de la piel y cuece el pollo ligeramente. La segunda, más caliente, termina la cocción y convierte el rebozado en una capa ultra crujiente.